Alex Ferguson y Louis van Gaal mostraron planteamientos similares y muy ofensivos.
El técnico holandés presentó una alineación muy agresiva con Mario Gómez y Thomas Müller en punta, y muy bien acompañados por Bastian Schweinsteiger y Mark van Bommel algo más retrasados, que canalizaron el juego del equipo alemán con solvencia.
En los últimos compases del partido, la entrada al campo del jugador del filial alemán, Saer Sene, dio vida al equipo muniqués, que tuvo en un par de ocasiones la llave para llevarse el partido, que al final acabó con un 0-0.
La tanda de penaltis fue muy igualada, y fueron necesarios dieciséis para que hubiera ganador. El joven Jonny Evans, del Manchester, falló la pena máxima decisiva, y toda la responsabilidad quedó en el belga Daniel Van Buyten, que no falló, y con su gol, proclamó al Bayern de Munich campeón de la Copa Audi.