El flamante refuerzo crema estuvo presente, durante 55 minutos, en el 2-1 del cuadro merengue contra Juan Aurich en Chiclayo
Para bendecir el camino hay que pisar con la derecha. Y Nolberto Solano ha nacido con la mejor. Su sello es la buena pegada, la sutileza y el cálculo. Ñol ha regresado después de doce años y lo que nos trae es un pie intacto. Sin correr, sin esfuerzo. Su presencia fue suficiente para avisar que en el Perú Solano se va a pasear.
Basta con ver su rapidez mental para cederle el disparo a Espinoza o a Correa, basta con un par de lanzamientos que sus compañeros no entendieron. Será cuestión de tiempo, pero a Solano no hay forma de que le vaya mal. Con el físico repuesto será más sencillo para Ñol, quien ayer jugó 55 minutos en el triunfo de Universitario por 2-1 al Juan Aurich, en el Elías Aguirre de Chiclayo.
El viento sopla a favor y Solano se divierte. Hasta parece feliz. Las camisetas rojas de enfrente ya no eran del Manchester, mucho menos del Liverpool. Era el recargado Aurich, pero Nolberto ha decidido jugársela igual en esta hora de reencuentros.
Por ratos el Aurich se la puso difícil, quedó claro que Universitario apostará por la rapidez, nunca por los balones en corto. Hay lanzadores y velocistas. Reynoso quiere eso y ayer fue un correcto ensayo.
Al equipo chiclayano le faltó constancia y concentración. La “U” está muy lejos del súper equipo que muchos quieren ver. La única certeza hasta el momento es Solano y una camiseta que cada día le cae mejor. Fue en el Elías Aguirre, no en el Old Trafford, pero Solano sonríe y aplaude. Ha venido para quedarse.
Para bendecir el camino hay que pisar con la derecha. Y Nolberto Solano ha nacido con la mejor. Su sello es la buena pegada, la sutileza y el cálculo. Ñol ha regresado después de doce años y lo que nos trae es un pie intacto. Sin correr, sin esfuerzo. Su presencia fue suficiente para avisar que en el Perú Solano se va a pasear.
Basta con ver su rapidez mental para cederle el disparo a Espinoza o a Correa, basta con un par de lanzamientos que sus compañeros no entendieron. Será cuestión de tiempo, pero a Solano no hay forma de que le vaya mal. Con el físico repuesto será más sencillo para Ñol, quien ayer jugó 55 minutos en el triunfo de Universitario por 2-1 al Juan Aurich, en el Elías Aguirre de Chiclayo.
El viento sopla a favor y Solano se divierte. Hasta parece feliz. Las camisetas rojas de enfrente ya no eran del Manchester, mucho menos del Liverpool. Era el recargado Aurich, pero Nolberto ha decidido jugársela igual en esta hora de reencuentros.
Por ratos el Aurich se la puso difícil, quedó claro que Universitario apostará por la rapidez, nunca por los balones en corto. Hay lanzadores y velocistas. Reynoso quiere eso y ayer fue un correcto ensayo.
Al equipo chiclayano le faltó constancia y concentración. La “U” está muy lejos del súper equipo que muchos quieren ver. La única certeza hasta el momento es Solano y una camiseta que cada día le cae mejor. Fue en el Elías Aguirre, no en el Old Trafford, pero Solano sonríe y aplaude. Ha venido para quedarse.
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