La Noche Verde tuvo un cambio radical, mutó de color y se volvió blanquiazul. Tan blanquiazul como el corazón de Gustavo Costas o de Juan Jayo. Tan blanquiazul como el alma de Johnnier Montaño y Alexander Sánchez. Y también tan blanquiazul como la nueva sangre que transmitieron Claudio Velázquez y Gustavo Fleitas.
Estos protagonistas hicieron que Audax Italiano, en su afán de darse un banquete en su noche de estreno, a costa del conjunto limeño, se diera una cachetada y observara con detenimiento el (re)nacimiento de un Alianza Lima con sus colores bien marcados.
De aquel equipo que desfallecía en el 2008 no queda ni la sombra. Este es otro Alianza Lima. De la mano del buen Costitas, este rodillo negro versión 2009 mostró en el Municipal de La Florida una agresividad nunca antes vista en un equipo peruano, cuando se trata de visitar tierras mapochas.
Pese a ser la primera lid tras una fuerte pretemporada, los íntimos demostraron que no estaban tan verdes. Aquellos refuerzos que llegaron sin mucho bombo y platillo a La Victoria hicieron un preludio a su afán de protagonismo para esta temporada.
Tras el gol, las sociedades entre Arrocito Sánchez, Henry Quinteros y el colombiano Montaño funcionaron de manera armoniosa. Casi parecido aun ballet. En la zaga, tanto Orlando Contreras como Fleitas cumplieron al pie de la letra su trabajo, cuidándose las espaldas mutuamente, aunque el argentino arriesgaba más y se iba para el ataque.
Líneas aparte para Juan Jayo. Un histórico que retornó a La Victoria por la puerta grande.
Cinco minutos de iniciado el complemento, una serie de rebotes en el área chilena, luego de un córner, tuvo como desenlace un zapatazo fuerte de Fleitas, que termina en el fondo del arco. Ni siquiera el descuento de Patricio Gutiérrez (40'ST) pudo reestablecer el color de la noche. Porque si quería pintar como La Noche Verde, pues esta se convirtió en blanquiazul. Un blanquiazul con tono de alma y corazón.
Estos protagonistas hicieron que Audax Italiano, en su afán de darse un banquete en su noche de estreno, a costa del conjunto limeño, se diera una cachetada y observara con detenimiento el (re)nacimiento de un Alianza Lima con sus colores bien marcados.
De aquel equipo que desfallecía en el 2008 no queda ni la sombra. Este es otro Alianza Lima. De la mano del buen Costitas, este rodillo negro versión 2009 mostró en el Municipal de La Florida una agresividad nunca antes vista en un equipo peruano, cuando se trata de visitar tierras mapochas.
Pese a ser la primera lid tras una fuerte pretemporada, los íntimos demostraron que no estaban tan verdes. Aquellos refuerzos que llegaron sin mucho bombo y platillo a La Victoria hicieron un preludio a su afán de protagonismo para esta temporada.
Tras el gol, las sociedades entre Arrocito Sánchez, Henry Quinteros y el colombiano Montaño funcionaron de manera armoniosa. Casi parecido aun ballet. En la zaga, tanto Orlando Contreras como Fleitas cumplieron al pie de la letra su trabajo, cuidándose las espaldas mutuamente, aunque el argentino arriesgaba más y se iba para el ataque.
Líneas aparte para Juan Jayo. Un histórico que retornó a La Victoria por la puerta grande.
Cinco minutos de iniciado el complemento, una serie de rebotes en el área chilena, luego de un córner, tuvo como desenlace un zapatazo fuerte de Fleitas, que termina en el fondo del arco. Ni siquiera el descuento de Patricio Gutiérrez (40'ST) pudo reestablecer el color de la noche. Porque si quería pintar como La Noche Verde, pues esta se convirtió en blanquiazul. Un blanquiazul con tono de alma y corazón.
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